Si hay un dato que define como ningún otro a Federico Faggionato Márquez es que es el juez con uno de los récords más polémicos que pueda ostentar un magistrado en la Argentina: el titular del juzgado federal de Zárate-Campana, que lleva la megacausa mediática que investiga la ruta de la efedrina en la Argentina, acumula la inédita cifra de 36 pedidos de juicio político en su contra en el Consejo de la Magistratura.
Casado, de 43 años, y aviador en su tiempo libre, Faggionato saltó a la palestra mediática en los últimos meses como consecuencia de una serie de decisiones de alto impacto en causas de notoriedad pública.
En el transcurso de un año, arrestó a un ruralista por la quema de pastizales en el Tigre, en plena pelea entre el Gobierno y el campo; montó un operativo al estilo Hollywood en busca de un multimillonario mexicano en la causa de la efedrina; detuvo al padre de uno de los galanes más famosos de la televisión y complicó más que a nadie a Francisco de Narváez, el candidato a diputado nacional de Unión Pro que disputa el poder con el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires.
Lo curioso es que De Narváez no era acusado, sino testigo de la causa. Faggionato lo citó a declarar pasado mañana.
Fue nombrado en su cargo durante el gobierno de Fernando de la Rúa, en 2001. Antes, se desempeñaba en el sector público, pero no tenía militancia política. Faggionato trabajaba en el Congreso de la Nacion, adonde había ingresado por contactos de su padre, que trabajaba allí. Su primer cargo fue de cadete en la oficina de pasajes, dependencia de la que llegó a ser jefe. Cuando dejó el Congreso, en 2001, ya era el apoderado de la Cámara.
Por esos años, ya había logrado montar, en paralelo, un estudio jurídico especializado en derecho penal.
El juzgado que recibió le daría un enorme poder. Es que tiene competencia sobre el puerto y la aduana. Investiga todo lo referente al narcotráfico y los delitos ambientales. En la actualidad, tiene 21.000 causas en trámite. Además de casos de narcotráfico y de delitos ambientales, hay expedientes por secuestros extorsivos y falsificación de marcas; cientos de causas de derechos humanos y miles de juicios ejecutivos. Acusaciones
Las acusaciones en su contra en el Consejo de la Magistratura son variadas. En rigor, van desde la acusación de que integraría una supuesta asociación ilícita con policías de la bonaerense hasta la sospecha de haberse quedado con la cosecha de soja de un campo del Consejo del Menor y la Familia. También se le imputa haber dejado morir en prisión a un detenido que debía liberar y haberse investigado a sí mismo en un expediente, entre las acusaciones más resonantes.
El 30 de abril presentó su defensa ante el Consejo de la Magistratura, donde el kirchnerismo tiene el control.
A las pocas horas de aquella audiencia, se supo que el juzgado de Zárate-Campana había citado a declarar a De Narváez por llamadas hechas desde un teléfono que estaba a su nombre y que tenían como destinatario a Mario Segovia.
Otros magistrados lo acusaron también de haber vendido sentencias en los tiempos del corralito, y de demorar los expedientes. Nada fue probado ante la Justicia.
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